jueves, 24 de diciembre de 2009

Oda a la Nochebuena

   Como todos los años suelo aprovechar estos días de villancicos, turrón y mazapán tanto a hacer balance del año que termina, como a poner en buena disposición el espíritu de cara al año que comienza. Siguiendo esta tradición me encontraba esta mañana haciendo limpieza del alma así como de los recortes de prensa, anotaciones en grasientos papeles de estraza con restos de panceta y aceite de pimientos fritos (¡uhmm!) , dominicales atrasados, arrugadas latas de cerveza, etc., que inundan mí despacho. Como dirían los clásicos realizando “borrón y cuenta nueva” como dirían los modernos haciendo ”reset”. Pues bien, andaba entretenido en estas lides cuándo llamó mi atención una hoja arrancada de un viejo boletín trimestral del ilustre Ateneo de poetas pobres y dramaturgos huérfanos de Santander fechado en 1963. Creo recordar que esta hoja la encontré dentro de un ejemplar de la primera edición de “Cantos apócrifos de un juglar contemporáneo” del hoy tan denostado y controvertido escritor coruñés D. Martín Pecador. En la cuartilla aparece un pequeño poema titulado Oda a la Nochebuena, del ya casi olvidado rapsoda montañés Oswaldo Ripio, conocido más popularmente como el trovador de Los Picos de Europa, a la sazón fundador y destacado integrante de la generación del 54. Al ser hoy el día de Nochebuena y tener todavía pendientes las últimas compras navideñas pasaré a transcribir la trova de Oswaldo Ripio, dar por concluida la entrada al blog y desear a todos mis blog-lectores una feliz noche y una mejor amanecida.


Oda a la Nochebuena

Días serenos de nívea pureza,
una silenciosa paz inunda los corazones
tal vez sea porque que sin atender a razones
el niño Dios nacerá mientras la humanidad reza.
Los villancicos resuenan en los bulevares,
días de vino caliente, orujo y mazapanes
recuerdos y viejas historias al calor de los hogares.
Las familias unidas en mentes y corazones
ahítos de vinos, cava y turrones
brindan y celebran al redentor por todos los rincones.
Hoy es un día de alegría y felidad.
Hoy es Nochebuena, ¡Viva la Navidad!


Oswaldo Ripio
Potes a 24 de diciembre de 1962

1 comentario:

El Pecador dijo...

Oh, mi muy querido Capitán-Arderius-en-dique-seco, cuánto me alegra que, alguien como usted, relea uno de esos cuadernillos de adolescencia de este poetastro olvidado por jóvenes y mayores. De ahí que, tras leer su post navideño, volví la vista hacia los adentros y hacia atrás, hasta donde la memoria guarda imágenes viejunas confitadas con las añoranzas y las nostalgias en los frascos translúcidos del recuerdo, y así, y no de otra manera, recuperé esos antiguos cánticos de rebeldía y esperpento que marcaron aquellos días en que creí que alguna vez llegaría a ser un poeta maldito. Y fue en esa lectura cuando regresó hasta mí esa realidad trasnochada de aquel muchacho que declamaba versos desnudo ante un espejo y se quemaba la piel más sensible con la cera ardiente de las velas que alumbraban únicamente la estancia. ¡Qué nítidas y frescas llegaron esas imágenes de los viejos tiempos y cómo regurgitaron desde el estómago de los tiempos las bilis y las hieles de aquellas palabras que se cosieron al papel para entonar aquellos himnos de juventud!
Y todo eso se lo debo a usted, Oh, mi buen Capitán-Arderius-de-barco-anclado, y es por esta razón, y no crea usted que cualquier otra, por la que avanzo en su página amable y sensata un verso de aquel entonces, cuando sólo me medía con la regla de la intrepidez y de la osadía. Y aquí va ese poemilla de tinte navideño que el recuerdo trajo desde el glorioso pasado hasta la singladura de mis derrotas de hoy:

La noche se hizo noche
Y todos pensaron que eso era normal,
Y la luna se deshuesó para rellenarse de anchoa
En una noche que se hizo Noche de Paz.

Huele, huele, huele, huele,
Panderetas y laúdes y trombones,
Huele, huele, huele, huele,
Las agrias axilas de los pastores.

El Niño ha nacido en el Portal de Belén,
y todos corren a adorarle como si fueran uno,
y al pérfido y malvado Rey Herodes
Que le den todos por el …

Huele, huele, huele, huele,
Zambombas, tamborcillos y pitos,
Huele, huele, huele, huele,
El culo alegre de los angelitos.