
Míralas ya: sus bisectrices proas
flotilla de traineras paralelas
no cortan, cabecean. Duermevelas
de caza verdiazul, sardas y anchoas.
Enfrente tus balandros, tus canoas
chorros de oro, aguarrás, plata de estelas
Y oyendo el palpitar de tantas velas,
tus atlánticos sueños abarloas.
Tú, patrón en tu yate de regata,
tú, capitán, grumete de fragata
y la galga escorada que ya vira
por la baliza. Puerto Chico. Barcos
al socaire de piedra de los arcos.
Tu Puerto Chico, tu ventura. ¡Mira!
La conversión del viejo puerto marinero en deportivo llenó la dársena de modernos pantalanes flotantes repletos de barcos deportivos a motor y vela.
Me encantan los veleros, mientras paseo los observo e imagino como será su forma de navegar, sus proas cortando las olas, ciñendo a rabiar mientras su jarcia sufriendo por el esfuerzo vibra y se tensa hasta el límite. Me veo al timón en largas singladuras hacia lejanos y desconocidos puertos. Para mí un barco es sinónimo de días de aventura y libertad.
Sí durante el paseo prestas atención puedes observar como muchos de ellos, bajo el casco, tienen largas pelucas de algas adheridas y mugre de todo tipo. Barcos que no navegan durante meses e incluso, algunos, años. Simplemente representan la obscena necesidad de aparentar de sus dueños. El barco más grande, el coche más moderno, el chalet con más plantas, las vacaciones más caras…….
“Un barco en una dársena, rodeado de muelles, tiene el aspecto de un preso meditando sobre la libertad con la tristeza propia de un espíritu libre en reclusión.”
Joseph Conrad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario